31 jul 2009

De toldo en toldo

Estoy en mitad de Las Arenas, mi pueblo, yo solo, haciendo nada. Detrás de mí oigo a una señora hablar raro, y me doy la vuelta para ver lo que está pasando: son dos turistas alemanes (no sé por qué sé que son alemanes, pero lo sé) que están hablando con un señor que parece no entender ni papa de lo que están diciendo, por lo que intento intervenir: en un perfectísimo inglés (algo bueno tiene que tener estar soñando oye) les pregunto a ver a dónde quieren ir y me contestan que al embarcadero: todo recto, la segunda a la derecha y un poco más allá está. Me dan las gracias y empiezan a andar.
Cuando voy a girarme para volver a la posición del principio, noto algo raro en el paisaje. No puede ser, de repente estoy en el embarcadero. Chillo a los dos turistas alemanes y les digo que ya estamos en el embarcadero, que no tienen más que bajar por unas escaleras para llegar a donde querían ir, pero que me conozco un atajo mejor...
Con un dibujo se explica mucho mejor el atajo, que trataba de bajar saltando de toldo en toldo hasta llegar hasta abajo. Como un videojuego casi :)


Nosotros estamos arriba del todo, y tenemos que bajar saltando sobre los toldos que yo toque (que son los que están con una flecha negra en el dibujo).
Por alguna razón, la señora no entiende mi explicación o no quiere hacerlo, y mientras su marido baja a salvo por donde yo he bajado, ella decide saltar a un toldo que yo no he pisado, que resulta tener un agujero muy grande por el que ella cae hasta el suelo.
La altura es bastante grande, unos 6 o 7 metros. Mientras cae yo para mis adentros pienso "oh dios, oh dios" y ella grita un agudo "¡¡¡¡aaaahhh!!!!". Cuando llega al suelo, algo extraño ocurre. Como si sus piernas fueran de plastilina, la tibia y el peroné se contraen hasta que los tobillos tocan las rodillas. Pero no es desagradable, porque se supone que es lo que pasa en esas situaciones, así que el marido no parece muy alarmado a pesar de que la mujer grita de dolor.
En estos momentos yo pienso "por fin me pasa algo interesante y puedo poner en práctica algo de lo que he aprendido" y marco el 112 preparando el discurso que voy a dar a quien esté al otro lado del teléfono: "ha sucedido esto, se ha roto esto, ahora le voy a hacer esto, debería de venir una ambulancia con esto".
Pero no me coge nadie: "por favor, inténtelo de nuevo en unos minutos". ¿Cómo? ¡Que esto es una urgencia!
La mujer sigue chillando, ahora lo hace en castellano y pide ayuda. Yo me pongo muy nervioso, no sé qué hacer. Estoy sudando.
Pienso que tengo muy mala suerte, que por qué me pasarán estas cosas. La próxima vez que vea a algún turista perdido no le voy a ofrecer ayuda, que luego pasan estas cosas...

29 jul 2009

Cabras, galletas secas y minibicis

Estoy haciendo un examen (otro). Noto cómo los que están a mi derecha poco a poco van moviéndose de sitio, acercándose a mi cada vez más, hasta el punto de que cuando llego a la tercera pregunta del examen tengo a dos personas sentadas inmediatamente a mi derecha. Les oigo hablar entre ellos, no tienen ni idea de la respuesta de ninguna de las preguntas.
Leo en voz baja la siguiente pregunta "¿A qué animal le gustan las galletas secas además de a las cabras?".
En ese momento el que está a mi derecha me pregunta "oye, ¿te sabes la de las galletas?". Le miro y resulta que es mi tío Ketxus. Tiene cara de "por favor, dime la respuesta, estoy desesperado".
De repente estoy en Toledo, en la casa que mis abuelos tienen allí. Estoy con Raúl, y cada uno tiene una bicicleta de niño en la mano, de estas muy pequeñas a las que se ponen las ruedas laterales. Estamos preparados para la carrera. Alrededor hay un montón de gente de todas las edades, todos ellos con bicis minúsculas como nosotros.
De algún modo sé que vamos a participar en una carrera con ellas, 5 Km montados en las bicis.
Empieza la carrera y me siento muy incómodo pedaleando (me pego en las rodillas con el manillar todo el rato y me hago daño) así que decido parar y esperar a Raúl para cuando llegue a la meta, que es la casa de mis abuelos. Doy por hecho que va a ganar, el resto son todo niños pequeños y gente muy mayor.
Al de un rato, empiezan a llegar corredores a la meta. Raúl no llega el primero, ni el segundo, ni el tercero ni tampoco el cuarto. Ya me he cansado de esperarle, así que me meto en casa. Ya llegará...

26 jul 2009

Aventura en el Rin (o Sena)

Estoy con tres chicas (hoy toca no dar nombres, ala) en una ciudad que no me suena, paseando, hasta que una de ellas dice: "¿por qué no vamos a darnos un baño?", así que nos quitamos la ropa, toda, y nos tiramos al río.
Una de las tres pregunta por el nombre del río, a lo que otra responde "es el Rin". Yo asiento, pero no sé por qué lo hago, porque por dentro pienso "pero si está claro que es el Sena".
Una de las chicas se me acerca, me da un abrazo y me besa. Al de unos segundos las otras dos chicas deciden ir a dar un paseo mientras nosotros "seguimos a lo nuestro". "Genial, por fin se han ido" es lo que yo pienso, y nosotros "seguimos a lo nuestro".

Contaría más del sueño, pero no ha pasado el corte de la censura... :(

24 jul 2009

En el examen

Estoy haciendo un examen de mecánica en el que ninguna de las preguntas es de mecánica y no sé responder a casi nada. Mis compañeros de clase están nerviosos y empieza a haber un murmullo en clase.
Poco a poco, los profesores empiezan a echar a gente a la calle porque está todo el mundo copiando y mirando los exámenes de la gente de alrededor.
Yo para descansar me pongo a comer un poco de pan. Cuando decido que he comido suficiente lo voy a posar en la mesa pero sin querer lo meto en un vaso de agua. "Mierda, ya no tengo para luego."
Los profesores han echado ya a la mitad de la clase...
De repente entra un señor en clase y grita "ha pasado algo en un cíber". Al instante se levantan un par de policías y de médicos que estaban haciendo el examen con el uniforme puesto y salen corriendo del examen. Yo estoy un poco asustado, porque conozco a alguien en un cíber. Algún compañero de clase se gira hacia mi pero no dice nada.
Se da la vuelta el que tengo sentado delante de mi (ahora por cierto estoy sentado al lado de la ventana, antes estaba en otro sitio :S) y resulta que es mi abuelo, y me pregunta "¿tú qué has estudiado?". Yo le digo que medicina a pesar de saber que es mentira porque solo soy socorrista...
Cuando el examen termina cojo un autobús a casa. Llego y miro el buzón. Hay tres pollos asados y una carta, pero no puedo coger la carta sin mancharme así que la dejo ahí.

23 jul 2009

El coche en el pie

Estoy caminando rodeado de mucha gente y conozco a casi todos. Gente de la uni, de la infancia, de jugar a fútbol, conocidos del pueblo... y también mucha otra gente. Hace calor, mucho calor. Todo los chicos van sin camiseta excepto yo, que tengo puesta una de un equipo de fútbol (es roja o verde, no recuerdo de cual de los dos pero es seguro que era de uno de esos).
Se me acerca una chica, me suena su cara, y me dice que me quite la camiseta que quiere sacarme una foto. La gente de alrededor me anima pero no me la quito, le digo que eso no me va. No me gusta quitarme la camiseta, ¿qué pasa?
Llego al final del camino y me siento un banco.
De repente no estoy sentado en un banco, sino en el asiento delantero de una furgoneta o un autobús. El autobús no tiene techo, ni paredes, ni cristales, se parece como a una atracción, tipo Dragón Kahn pero sin sujeciones. Sí que está el apoyadero de pies que suelen tener los autobuses, pero nada más.
A mi izquierda está sentado el conductor del autobús (por llamarlo de algún modo) y a mi derecha está Begoña Belategui, y a su derecha Jone Larrucea, dos amigas de cuando era niño (últimamente parece que sueño mucho con gente que no veo hace años).
Begoña me pregunta que por qué tengo camiseta puesta y que por qué llevo botas de monte puestas con el calor que hace. Le digo que me da vergüenza ir sin camiseta por la calle, pero que no sé por qué llevo botas de monte con el calor que hace...
El autobús empieza a moverse marcha atrás, muy lentamente, pero resulta que allí los autobuses son así y se mueven para atrás.
El suelo de la calle está empapado porque ahora está lloviendo un montón. En el autobús no nos mojamos, porque justo allí no llueve pero en la calle sí.
Un coche de policía derrapa delante nuestro y vuelca. Después de ese coche otro más vuelca intentando esquivarlo, y detrás de este coche un tercero derrapa al esquivar a los dos coches. No puede parar, se dirige hacia nosotros. Pasa todo muy rápido, el coche empieza a rodar, se eleva un poco y me cae en el pie izquierdo.No grito, no me duele. Lo miro incrédulo durante menos de un segundo y le doy una patada con mi pie derecho, y el coche se cae del autobús.
Miro a Begoña, que está blanca del susto mirando mi pie izquierdo.
"Ves, para esto llevo botas de monte" le digo. Empieza a reírse a carcajadas y me dice que ha sido una buena idea. Se lo cuenta a Jone, que también empieza a reírse.
Yo me siento muy contento porque el coche que me ha caído en el pie no me ha hecho daño, pero sobretodo porque he hecho un comentario gracioso y ocurrente.

Camarero

Estoy yendo en tren con María a una fiesta. El tren está tardando un montón, parece que no vamos a llegar nunca... pasamos una parada, y otra, y otra... vamos en silencio.
Cuando llegamos a la parada vemos pasar por delante a Motriko, a quien no veía desde hace por lo menos cinco o seis años y está igual, no ha cambiado nada. Va con prisas y no nos ve.
En ese momento pienso que no debería de haberme puesto el traje de baño rojo y el polo de la Cruz Roja para ir a la fiesta porque no son ropa para ir a una fiesta. Además me puedo meter en líos...
Llegamos a la fiesta y hay muchísima gente. No conozco a nadie, ni siquiera a la chica que nos abre la puerta y que debe de ser la anfitriona. Al verme me sonríe, me da una bandeja llena de vasos con bebida y me dice "muchas gracias por venir a ayudar". Creo que ella tampoco me ha reconocido y lo dice por cómo voy vestido...
No contesto nada, cojo la bandeja y me pongo a servir a la gente. Debí haberme cambiado la ropa...

22 jul 2009

Decidiendo en el gym

Estamos en el gimnasio Maider, un chico desconocido y yo delante de un panel gigante en el que aparecen las actividades que se llevan a acabo en el gimnasio, decidiendo qué actividades hacer.
Por la hora que es Maider y yo decidimos hacer primero Body Step, luego Body Express y después Bosu. Maider dice que Body Jam es una mierda así que mejor no ir a esa clase, y yo asiento mientras digo que estoy de acuerdo.
El chico desconocido que está con nosotros, al que aparentemente conocemos de siempre, dice "veo que controláis", a lo que Maider contesta "en realidad es Xabi el que viene más".
Me hace gracia el comentario y sonrío.

Fútbol

Estoy leyendo el periódico y me fijo en tres noticias de la sección de deportes:
1) La gente está muy feliz porque el Athletic ha ganado 5-1 a un equipo de segunda.
2) Eto'o está muy feliz porque ha metido un gol en su partido de hoy y va a ganar mucho dinero.
3) El Eibar ha empatado contra un equipo de tercera en pretemporada. No está mal.

No has cambiado

Estoy en una mesa comiendo con gente. A mi lado hay una chica. Yo hago un comentario gracioso y la chica de mi lado, aparentemente mi novia, me dice que ya está cansada, que no he cambiado nada. Yo por dentro pienso que sí que he cambiado, que soy totalmente diferente a como era antes.
La gente nos mira en silencio. Ella se va mientras la miro sin entender nada.

21 jul 2009

Fer

Fer me ha dejado un comentario en el blog. Dice que mi blog es muy interesante, pero que no va a poner más comentarios en las entradas sobre física, mates, curiosidades etc, solo en las entradas que hable de mi padre. Me pongo triste, pero lo entiendo.

En el gimnasio

He quedado con Maider para ir al gimnasio. Voy en coche como casi siempre, es mucho más cómodo que ir en metro. Llego muy justo de tiempo, también como casi siempre, así que decido ir cambiándome de ropa en el coche mientras conduzco. No necesito las manos para conducir.
Llego, aparco y subo al gimnasio. En el ascensor me doy cuenta de que me he dejado la mochila en el coche, pero da igual porque ya tengo la ropa de deporte puesta. Cuando acabe la clase ya bajaré a por ella para poder ducharme. Subo las últimas escaleras y tengo el aula frente a mi, con la puerta cerrada. La pared es un cristal, se ve todo desde fuera, y veo que el todo el mundo está agolpado en una esquina de la clase dejando libre el 75% restante. Pienso que es algo muy raro, y que tiene que ser muy agobiante estar tan pegado al resto.
Veo a Maider que me está mirando y me dice "mira a quién tengo detrás". A pesar de que entre ella y yo hay un cristal y una puerta cerrada le oigo decirlo sin problemas. Miro detrás de ella y veo a Aintzane. Va vestida totalmente de rosa.
Entro en el aula, cojo un step y dos esterillas (¿para qué quiero dos esterillas?) y me voy a la otra parte de la clase, yo solo. Allí me doy cuenta de que una de las esterillas es el triple de grande de los normal así que vuelvo a por otra. Saludo dos veces a la monitora, pero o no me oye o no me hace caso...
Cuando vuelvo a mi step, a su alrededor hay un montón de basura.

El pasillo

Tres amigos y yo estamos invitados a una fiesta en Algorta. En las invitaciones que tenemos pone que son entradas para dentro de dos semanas, pero soy el único que se da cuenta de eso, mis amigos parece que no saben en qué día vivimos.
Llegamos al edificio, que resulta ser la casa de mi abuela, y toco el timbre. No contesta nadie.
Al de un poco se abre una puerta cerca de donde estoy yo, a un par de metros, una puerta que antes no estaba. No sé cómo lo sé porque todo está totalmente a oscuras, no se puede ver nada, pero esa puerta antes no estaba.
La persona que nos abre la puerta desde dentro es Ramón, uno de mis tres amigos con los que iba a la fiesta y que estaba esperando conmigo fuera para que nos abrieran. Ni yo ni ninguno de mis amigos se sorprende.
Entramos. Hay que atravesar un pasillo curvado. El pasillo no tiene suelo normal, tiene como unos maderos en horizontal atados con cuerdas, y por debajo de ellos se ve un precipicio, como los puentes de las películas que dan miedo.
Al entrar en el pasillo notamos que el edificio se tambalea, y sabemos que es por nuestra culpa. Yo me cago de miedo y decido no pasar el pasillo, así que me vuelvo. Uno de mis amigos me sigue y los otros dos pasan al otro lado. Vemos cómo cuando pasan el edificio se pone casi boca abajo, pero consiguen llegar al otro lado y el edificio vuelve a su posición normal. No sé si es el edificio o el pasillo el que se mueve. Tal vez es solo el pasillo...

Esgrima

Estoy con Aratz, un amigo de la infancia, y sin razón aparente nos enfadamos y decimos que debemos retarnos a muerte con espadas. Desenfundamos (resulta que tenemos espadas de esgrima en la cintura) y nos empezamos a pegar.
Estamos un rato dándonos espadazos, muy enfadados, y nos hacemos muchas heridas y arañazos. De repente, nos cansamos y decidimos dejarlo para otro momento.

Probando probando

Hace un par de días leí en un blog de una amiga que a veces, cuando sueña, escribe esos sueños en una libreta nada más despertarse, una libreta que guarda debajo de la almohada. Y yo soy un copiota, pero no un copiota cualquiera, sino un copiota del siglo XXI que además de apuntarlos en una libreta los irá colgando en este blog. Ala.